Cristian Gómez Valderrama
Comunicador social y periodista de Armónico
Ser un verdadero líder no es una tarea sencilla, existen múltiples consejos, estudios y artículos sobre el tema; manejar exitosamente una organización, un proyecto o un emprendimiento es una tarea para valientes. Sé que los que se encuentran en esa posición constantemente se preguntan, ¿qué estrategias puedo utilizar para no fracasar en mi labor y obtener resultados únicos?.
Para empezar es importante aclarar que un gran líder va a reconocer que no siempre tendrá las ideas ganadoras o que su forma de pensar es la única, teniendo en cuenta este concepto, hay que concentrarse en crear un ambiente, dentro de la organización, en el que se permita que las grandes ideas emerjan de manera constante, desde las diferentes áreas de la organización. En pocas palabras implementar una cultura de innovación.
Este concepto de cultura de innovación, creará un ecosistema donde todos los involucrados en la organización trabajen juntos en la transformación y mejora de los procesos, los productos, las relaciones internas, etc. Además, es importante aprovechar el talento tanto dentro como fuera de la compañía, es una manera de responder a un entorno competitivo y en constante cambio. Si los líderes quieren tener un crecimiento sostenible, deben crear las condiciones adecuadas para que se adopten las mejores ideas.
La construcción de este ambiente requiere el desarrollo de capacidades en los colaboradores para explorar nuevas ideas, experimentar y aceptar las fallas, esto tendrá un impacto positivo, inspirará a todos a que cada minuto que estén en el trabajo busquen oportunidades innovadoras.
Antes de comenzar con la cultura de innovación, todos los participantes de todas las áreas de la compañía deben tener un objetivo en común, de esa forma juntos van a tener una visión clara, ya que si es dispersa todos irán en una dirección contraria. Además, es fundamental lograr que los empleados amplíen su definición de innovación, para esto ellos deben entender e involucrarse con el resultado (lo que se crea, se produce o se vende) que varía dependiendo de la organización; con el proceso, que es cómo lo hace y cómo se presenta ese resultado a nuestro público objetivo o cliente; y por último con el modelo de la organización, conocer cómo se conceptualiza y organiza la compañía.
Este ambiente de transformaciones creativas tiene una filosofía, que es generar confianza, el discurso que implementan los administradores o jefes de los equipos debería tener un tono de consejo. Hay que abrir el espacio organizacional para permitir que los innovadores eludan barreras y jerarquías que a menudo minan su creatividad, una herramienta útil es fomentar espacios de estudio, comida, eventos, experiencias y rituales para presentar grandes ideas, esto a su vez ayuda a la unión en el grupo.
Transformar la forma de pensar del equipo es fundamental, todos tenemos la capacidad de crear conceptos o tener ideas únicas, sólo debemos fortalecer esta habilidad y creer en ella, no es necesario ser perfecto ni saberlo todo es más importante aprender de todo. En muchas ocasiones la innovación no es intencionada ni planeada, se puede lograr cuando estamos atentos a aprovechar los errores que se han cometido para aprender, rediseñar e innovar, es mejor fallar en el intento que nunca intentar.
Anime a su equipos a mirar lo que falta, a tener una actitud que no sea conformista, para esto es importante la empatía no es bueno juzgar o tener críticas destructivas, fomentar el respeto mantendrá al equipo unido. Todos deben sentirse seguros de fallar y explorar, que se sientan conectados con los demás y que tengan lo que necesitan para resolver problemas o encontrar soluciones innovadoras.
Motivar a todos a aportar y socializar sus ideas, es un camino que abre las puertas a la colaboración, las soluciones serán mucho más fuertes y originales.
Al vivir una cultura de innovación un líder no puede obsesionarse demasiado con el presupuesto y los plazos, esto acabará con las ideas antes de que despeguen.
Y para finalizar, hay que entender que una cultura innovadora debe contar con personas que estén dispuestas a unirse a varios proyectos y pasar de uno a otro según sea necesario. Identificar, reclutar y retener colaboradores de valor requiere nuevas formas de pensar.
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