Escrito por: Mateo León
Comunicadora Social
La pandemia significó una serie de cambios ineludibles que contrastaron problemáticas en diferentes esferas de la sociedad. Esto también incidió en la forma en la que el marketing se comportó durante estos dos últimos años y, que ahora, debe adaptarse a un proceso de recuperación progresiva.
El 2022 será un año importante para la resignificación del marketing. Naturalmente, después de más de un año de encierro, las organizaciones buscan ser parte del tan esperado regreso a los rescoldos de la vida que conocíamos antes del 2020. Este es el enfoque principal de las tendencias del siguiente año en términos de mercadeo: hacerle frente a la recuperación post pandemia y los cambios que esta representa alrededor del relacionamiento humano.
La primera tendencia y en la que coinciden varios expertos, es el propósito de las empresas más allá de sus ganancias.
Esta etapa de recuperación ha trazado un importante cambio en las personas y en cómo participan en diferentes escenarios. El aprecio por la vida y el autoreconocimiento fueron algunos de los resultados de este largo periodo de encierro, que llevó a los consumidores a ser más conscientes de sus gastos. Por eso, es importante repensar la interacción con los clientes definiendo objetivos que vayan más allá de la venta y que, por otro lado, se acerquen de una manera ingeniosa a su experiencia como individuos.
La importancia de una inclusión genuina en las dinámicas de marketing.
Mucho se ha hablado de la inclusión forzada en diferentes escenarios mediáticos, por lo que es imprescindible pensar en la diversidad como una realidad de la que, no solo se debe hablar, sino que se debe promover desde diferentes acciones que impacten verdaderamente a las comunidades y sectores invisibilizados, incluso desde el interior de las organizaciones. Una encuesta realizada por Deloitte muestra que el 57% de consumidores son más leales a las marcas que van más allá de un discurso inclusivo y propician espacios para combatir las desigualdades que contrastaron aún más en estos dos últimos años de pandemia.
El reto de la sobreinformación.
Con la facilidad que una importante parte de la población tiene para acceder a internet, se han generado fenómenos como la infoxicación, que no es más que el resultado de un bombardeo de información que termina confundiendo a los internautas, llevándolos a su lugar de origen: el desconocimiento total sobre un tema. De esta manera, resulta indispensable encontrar estrategias de comunicación transparentes, confiables y personalizadas que logren identificar al público objetivo, entendiendo que sus hábitos de consumo ahora son mucho más conscientes.
Los datos y un uso más responsable.
El uso de datos ha simplificado la lectura de los hábitos de navegación de los usuarios en Internet. En marketing, esta herramienta ha sido importante para enganchar posibles clientes y, al mismo tiempo, fidelizarlos a través de sus gustos y preferencias descritas en su registro digital. Sin embargo, una encuesta realizada a más de 11 mil personas en diferentes países, arroja como resultado una percepción negativa (53% de los encuestados) frente al manejo de sus datos personales en internet, motivada inicialmente por el desconocimiento de algunas tecnologías como las cookies, por ejemplo.
Por eso, sembrar confianza en los usuarios a través de la transparencia frente al uso de estos datos es primordial para configurar nuevas relaciones directas e indirectas con el público objetivo, sin dejar de aprovechar las ventajas de tener información que dibuje el camino hacia la fidelización de nuevos clientes.
Nunca abandonar la presencialidad.
Si bien desde el comienzo de la pandemia diferentes empresas migraron o reforzaron sus canales de servicios digitales, es innegable que los entornos físicos (o tradicionales) siguen siendo un escenario importante para el comercio. El reto ahora es armonizar espacios físicos y digitales para mejorar la experiencia de los consumidores sin dejar de lado las lecciones que trajo la virtualidad. El diseño de experiencias suscita un profundo conocimiento del mercado y sus participantes para su adaptabilidad a lo largo del tiempo, además de una inversión en la que concuerda el 75% de ejecutivos encuestados por Deloitte. Ahora pensemos ¿de qué manera mi producto o servicio puede navegar fácilmente entre lo físico y lo digital sin sacrificar su esencia?
El panorama de las comunicaciones y el marketing para el siguiente año se aloja precisamente en tendencias que, de muchas formas, trazan una ruta hacia una serie de acciones más humanas que relacionan las necesidades de estos dos campos, con los aprendizajes a nivel universal que trajo consigo la pandemia de la que aún nos estamos recuperando.
La adaptabilidad es una habilidad que propicia espacios para la innovación y, en esta oportunidad, el comportamiento del consumidor como ser reflexivo moldea las nuevas estrategias para sobrevivir a la volatilidad del mercado en la coyuntura actual. En Armónico, invitamos a reflexionar sobre el quehacer dentro de las organizaciones, teniendo estas tendencias como una guía para acertar en las acciones que se desarrollarán a lo largo del próximo año sin sobre los resultados esperados.
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